La crianza respetuosa va más allá de cualquier concepto básico que puedas tener sobre ella, tiene que ver con los principios y valores que practicas a diario con tus hijos y de cómo ellos los hacen sentir respetados y amados, se basa en entender a tu hijo y sus necesidades, tener empatía con él y validar sus emociones.
Nuestros hijos no son nuestros súbditos, no están para cumplir nuestras expectativas o lo que no pudimos ser, no vinieron hasta aquí para que proyectemos en ellos nuestros más profundos recuerdos, ellos están aquí para descubrir quiénes son, qué es lo que quieren, lo que pueden lograr y por sobre todo para ser amados. El día que logremos interiorizar esto, comenzaremos a verlos como seres dignos de nuestro respeto total.
Es así que el ser papás nos puede jugar momentos difíciles, en los que lo mejor que podemos hacer es buscar ayuda e información para ponerla en práctica.
Podemos empezar por esto, alguna vez te preguntaste: ¿de qué forma te comunicas con tus hijos?, ¿respetas sus deseos?, ¿escuchas sus opiniones?, ¿validas o minimizas sus emociones?, ¿les das tiempo de calidad?, ¿les enseñas con el ejemplo?, ¿los respetas en general? Y podría seguir con muchas preguntas más, pero creo que la esencia está clara, aprendamos a comunicarnos correcta y asertivamente pero también, aprendamos a escuchar, escuchemos sus necesidades, sus sueños e ideales, escuchemos su voz.
Ser padres no es una tarea para nada fácil, es más, la palabra que usaría sería misteriosa ya que nunca sabemos qué sucederá. Educar a nuestros hijos es una de las labores más complicadas que existe y no hay una fórmula mágica, sin embargo, algo que sí ayuda y mucho es el amor que tenemos por ellos, ese que hace que nuestro impulso por ser mejores crezca cada día más y así podamos brindarles las herramientas a lo largo de su vida para fortalecer su estabilidad emocional.
Nunca es tarde para intentar nuevas opciones, la crianza respetuosa es una oportunidad para fomentar buena salud en tus hijos. Está en tus manos, y sé que puede ser difícil, por eso, si crees que lo necesitas, no dudes en pedir ayuda, tus hijos lo merecen. Tu familia lo merece.