UN VIAJE HACIA NUESTRO INTERIOR
Es normal sentir emociones incómodas, el problema está cuando no somos capaces de resolver la situación y el dolor se fija en nuestro interior.
“Las heridas no sanan de la forma en que te gustaría, sanan de la forma que necesitan sanar. Les toma tiempo a las heridas desaparecer en cicatrices. Se necesita tiempo para que el proceso de sanación tome lugar. Date ese tiempo, date esa gracia. Sea amable con sus heridas, sea amable con su corazón».
Todos hemos tenido un accidente, grande o pequeño, que nos dejó una herida en el cuerpo, de la misma forma vivimos experiencias que nos marcan como personas; ambos tipos de heridas nos hacen sentir, pensar y actuar de cierta forma. Y, sobre todo, ambas nos dejan cicatrices.
Las cicatrices que nos provocan las heridas emocionales duran más que las físicas, algunas son muy obvias, están en las actitudes y hasta llegan a formar parte de la personalidad, y otras se esconden, nos cuesta encontrarlas porque siempre las evadimos; por ejemplo: cuando nos alejamos de nuestros problemas y pensamos que se resolverán por sí mismos, con el tiempo; o cuando un hecho da lugar a una emoción intensa como el enfado, tristeza, miedo y no queremos afrontarlo, así que huimos de la situación.
Es normal que las heridas dejen cicatrices, ¿pero qué pasa cuando no estamos dispuestos a sanar? Con el tiempo, las heridas se infectan y dejan daños emocionales. Se dice que el tiempo cura; pero a veces, con el tiempo las emociones caen en un estado «normal» y ahí es donde surgen los problemas. No podemos lidiar con la situación y el dolor se vuelve parte del día a día.
Es muy importante descubrir nuestras heridas, atrevernos a sanar, gestionar las emociones que nos producen para que no acaben controlandonos. Muchas personas se centran en el presente y dejan el pasado atrás para no sufrir, olvidando que somos lo que somos gracias a los momentos vividos (buenos y malos), a quienes nos ayudaron o hirieron, a los caminos que hemos seguido y los que dejamos de recorrer.
Para sanar nuestras heridas emocionales, se recomienda aceptarlas como parte de nosotros y de nuestra historia. De las malas situaciones siempre puedes guardar algo bueno, lecciones y experiencias, pero para todo ello, debes atreverte a mirar. ¿Qué te duele? ¿Estás dispuesto a sanar?
- Psicólogo: Luis Alejandro Pacherre